El pasado 28 de enero celebramos nuestro primer TEDx Universidad Europea y resultó una experiencia muy enriquecedora, tanto para los asistentes que participaron en vivo y en directo, como para aquellos (y fueron muchos) que nos siguieron por streeming haya donde estuvieran.

Aunque suena a tópico y a espacio común, llegar hasta aquí fue posible gracias al trabajo y la pasión de un grupo de compañeros que, con Chrisa Sampanes y Chema Palomares a la cabeza, nos «infectaron» de su entusiasmo y nos embarcaron en esta aventura casi con un año de antelación a su fecha de celebración.

Ese grupo de sesudos compañeros decidió que yo podría ser un buen host para el evento y así es como llegué yo a esta historia. Y, en vez de convertirme en Cenicienta por un día, pasé de Vicerrector deInvestigación a convertirme en anfitrión de un evento TEDx por una tarde. No os negaré que en los momentos previos los nervios hicieran acto de presencia.Estaba nervioso, muy nervioso. Sentía el peso de la responsabilidad de llevar todo el acto, haciendo que cada ponente respetara sus tiempos como talkers de un Ted Talk, que son exactamente 18 minutos, estando pendiente de que los vídeos entrasen a tiempo, de que cada talker tuviera todo lo necesario para sentirse cómodo, y de enganchar a la audiencia desde el minuto cero. Pero luego, se apagaron las luces, todo comenzó, y la magia típica de cualquier evento TED disipó cualquier duda que pudiera tener.

Nuestros talkers, Isabel Fernández, Ximo Lizana, Cristina Manzano, Carlos Arroyo, Alejandra Calvo y Cristian Figueroa, y nuestros estudiantes Carlota y Fabricio, cautivaron al auditorio compartiendo sus conocimientos y experiencias. Y también me cautivaron a mí, haciéndome olvidar la responsabilidad de ser el host del evento para hacerme sentir como uno más, como un amigo que, de manera informal presenta a otro en un entorno muy especial en donde algo mágico estaba sucediendo.